Un entrenador personalizado puede mejorar las condiciones físicas antes de la cirugía.
Los pacientes con obesidad tienen un mayor porcentaje de grasa corporal y no todos gozan de una buena masa muscular. No es lo mismo bajar de peso sin hacer ejercicio físico que con la ayuda de un entrenador físico. La diferencia es abismal.
Si aumentamos nuestra masa muscular mientras perdemos peso podríamos tener mejores beneficios. El resultado se verá muchísimo mejor, el paciente se va a sentir muy bien consigo mismo y no veremos pacientes con pérdidas de peso excesivas, inadecuadas, con caída de cabello, piel colgante, debilidad muscular o dolor en las articulaciones.
Los ejercicios, las rutinas, la intensidad y la duración de las terapias son individuales y especializadas para cada paciente.
Los beneficios de hacer ejercicio son espectaculares. Mejora el estrés, elimina la irritabilidad y la ansiedad, mejora la relación del paciente con el entorno, aumenta la autoestima, la vida sexual, los dolores y la apariencia física.
La actividad física disminuye considerablemente la aparición de hipertensión arterial durante la cirugía, evitando el riesgo de sangrado. También mejora los niveles de lípidos en la sangre, aumenta la capacidad vital y la función cardíaca.
Durante el preoperatorio la actividad física mejora la función respiratoria al realizar ejercicios donde se fortalecen los músculos de la respiración.
Disminuye el riesgo de posibles infecciones del tracto respiratorio y de la aprecian de algunas complicaciones comunes en obesos como son la atelectasia (patología en la cual existe un colapso completo o parcial del pulmón entero o de una parte (lóbulo) del pulmón.